¡Inocente, Inocente!

¿Quién no ha pegado uno de esos papelitos blancos con la forma de un hombre en la espalda de alguien un día como este?

El día de los Inocentes tiene su origen en la matanza de niños que ordenó el rey Herodes para asesinar al Niño Jesús. En la Edad Media, comenzó a celebrarse como una fiesta popular. Durante este día,  la diversión y las risas eran los protagonistas, ya que todo estaba permitido y la culpa no recaía en nadie.

Hoy en día se hacen bromas de cualquier tipo: monedas pegadas en el suelo, billetes enganchados a cuerdas que se mueven cuando alguien va a cogerlos, personas que rompen con su pareja, cambiar todos los despertadores de hora, cambiar el azúcar por sal, hacerle una foto al escritorio del ordenador de un amigo, ponerlo de fondo de pantalla y luego borrar todos los accesos directos….

Y tú… ¿has gastado alguna broma hoy? ¿O has sido de los que las han sufrido?

¡FELIZ DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES!